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Fin de semana del último sábado de Enero
Sábado y domingo
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a localidad burgalesa de Santo Domingo de Silos celebra todos los años, desde el 1999 en el último fin de semana de Enero, la tradicional "Fiesta de los Jefes", recreación histórica que cuenta con la participación de medio millar de personas.
.....Los actos recuerdan la leyenda que cuenta que la villa se libró de la invasión musulmana al simular que las llamas habían arrasado Silos.
.....Al mediodía del sábado, la comitiva se dirige al domicilio de cada Jefe, donde se ondea la bandera y se invita a los presentes a disfrutar de un moscatel y unos dulces. Después, los jefes y sus acompañantes acuden a la Abadía Benedictina, donde serán recibidos por el abad del Monasterio de Silos.
.....Minutos después, la comitiva se trasladará a la Plaza Mayor para asistir al Pregón con el que la fiesta se da por iniciada.
.....Los cientos de asistentes, algunos de los cuales irán especialmente ataviados para la ocasión, tendrán que esperar hasta las cinco de la tarde para poder disfrutar del acto más llamativo de la jornada, "Las Crestas": una prueba ecuestre en la que los jinetes intentan hacerse con la cresta de los gallos, además de chorizos y morcillas que se cuelgan en una céntrica calle del pueblo.
.....Más tarde será el turno de "La carrera de San Antón", en la que los jinetes cabalgan a gran velocidad por las calles de la villa.
.....La primera jornada concluye con el espectáculo "Silos en llamas", en el que se encienden hogueras por los distintos rincones de Santo Domingo de Silos para simular que la villa era pasto de las llamas. Los más jóvenes, cargados de cencerros, imitarán una ruidosa estampida de animales con el propósito de evitar el intento de asedio del enemigo.
.....El domingo será el turno de las "Benditas Ánimas", con la celebración de una misa dedicada a los silenses difuntos, después de la cuál se procede a entregar los despachos a los "Jefes". Por la tarde, los "Jefes" seguirán de luto acompañados del sonido de tambores. Guerras, enfrentamientos, leyendas y oscuros capitulos de la historia se convierten, por suerte, a través de las fiestas, en capitulos de convivencia y disfrute.
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